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domingo, 10 de marzo de 2013

El peligro de construir sobre castillos de naipes

Cuando el pasado 28 de febrero el ciudadano Jeff Bush de Tampa, Florida (EEUU), se vio repentinamente engullido por la tierra, desconocía que su casa nunca había sido más estable que un castillo de naipes. No podía imaginar que un ligero golpe, el paso de un coche, la rotura de una tubería o cualquier pequeña gota podría ser capaz de colmar el vaso y derrumbar el castillo. El terrorífico suceso, más ficticio que cualquier ficción, tiene una explicación, sin embargo, mucho más prosaica que cinematográfica. ¿Por qué se lo tragó la tierra? ¿Qué pasó para que ni siquiera pudiera rescatarse su cuerpo? Según Antonio Aretxabala, profesor de Geomorfología y Geotecnia en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, hay que tener en cuenta el proceso de progresivo deterioramiento del terreno. La roca calcárea sobre la que se asienta toda la zona de Florida, y especialmente Hillborough, el suburbio donde se produjo la tragedia, se va disolviendo por diversos motivos y "queda una estructura muy porosa, con muchos huecos por desaparición de partículas que denominamos en Geotecnia estructura en castillo de naipes". Las altas temperaturas, la humedad, las lluvias torrenciales y en general diversas fuerzas exógenas hacen que los sedimentos que cubren los agujeros subterráneos se desplacen, el sistema colapse y el frágil castillo se derrumbe. Los geólogos norteamericanos siempre tienen en el punto de mira la región de Florida y su 'sinkhole season' (temporada de socavones). Con el inicio de la temporada de lluvias los agujeros en la tierra suelen sucederse uno tras otro. "En su estado natural, es muy poco probable que estos socavones colapsen. Pero al construirse en estas áreas inestables, el agua de las tormentas se suele redirigir y acumular en ciertas zonas, lo que provoca estas fracturas en la tierra", afirma David Weary, geólogo del Instituto de Geología de EEUU. Los casos en Florida son cada vez más comunes. Sólo en el condado de Springhill, en la costa oeste del estado, se calcula que existen actualmente 3.145 socavones. Uno por cada 31 residentes. Entre 2006 y 2010 el número de estos agujeros se ha triplicado. Y lo seguirá haciendo si la población del estado del sur sigue creciendo: en 2015 alcanzará los 20 millones de habitantes, lo que lo convertirá en el tercer estado más poblado de EEUU. Según el profesor Aretxabala, a pesar de la profusión de estos sucesos, se sigue construyendo del mismo modo. "Las actuaciones post-catástrofe se orientan mucho más hacia una exigencia de recuperación de la situación igual a la anterior que hacia la posibilidad de impulsar nuevas políticas para impulsar la resistencia futura ", añade. Una huida hacia adelante que alarma cada vez más a la población. El problema ha alcanzado tal magnitud en los últimos años (según el Instituto Geológico de Estados Unidos entre un 35 y un 40 % del país es susceptible de sufrir problemas relacionados con estos agujeros) que cada vez son más quienes exigen un seguro anti socavones, sabedores de que las aseguradoras son reacias a incluirlos en sus pólizas.

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