Un estudio con restos fósiles en Japón servirá para perfeccionar una de las técnicas más utilizadas en la actualidad para datar fósiles. La extracción de restos de plantas sedimentadas en el Lago Suigestu, que estuvieron en la orilla los últimos 52.800 años, y la medición de sus niveles de radiocarbono o C-14 van a permitir aumentar la precisión en las dataciones paleontológicas. El lago japonés donde se han realizado las extracciones alberga algunas particularidades. Por un lado, es un medio acuático con una buena conservación de los restos de plantas en su fondo debido a los bajos niveles de oxígeno. Además preserva capas anuales de sedimento o 'varvas' que han permanecido sin cambios durante decenas de miles de años. El equipo de investigación, liderado por la Universidad de Oxford, ha analizado el material orgánico de esas 'varvas', un registro único de los últimos 52.800 años. Este testimonio fiel del pasado les ha permitido mejorar la técnica del carbono-14, utilizada por los paleontólogos para averiguar la edad de los restos de seres vivos que encuentran. La medición directa de este elemento dará una mayor precisión y confianza en las dataciones. Los datos de esta investigación se pueden utilizar para interpretar mejor las dataciones de radiocarbono medidas en excavaciones arqueológicas de cualquier parte del mundo y permitirá especificar aún más, entre otras cosas, el momento de la extinción de los neandertales y la dispersión de los humanos modernos en Europa.
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domingo, 21 de octubre de 2012
Mejoran la técnica que permite datar restos fósiles
Un estudio con restos fósiles en Japón servirá para perfeccionar una de las técnicas más utilizadas en la actualidad para datar fósiles. La extracción de restos de plantas sedimentadas en el Lago Suigestu, que estuvieron en la orilla los últimos 52.800 años, y la medición de sus niveles de radiocarbono o C-14 van a permitir aumentar la precisión en las dataciones paleontológicas. El lago japonés donde se han realizado las extracciones alberga algunas particularidades. Por un lado, es un medio acuático con una buena conservación de los restos de plantas en su fondo debido a los bajos niveles de oxígeno. Además preserva capas anuales de sedimento o 'varvas' que han permanecido sin cambios durante decenas de miles de años. El equipo de investigación, liderado por la Universidad de Oxford, ha analizado el material orgánico de esas 'varvas', un registro único de los últimos 52.800 años. Este testimonio fiel del pasado les ha permitido mejorar la técnica del carbono-14, utilizada por los paleontólogos para averiguar la edad de los restos de seres vivos que encuentran. La medición directa de este elemento dará una mayor precisión y confianza en las dataciones. Los datos de esta investigación se pueden utilizar para interpretar mejor las dataciones de radiocarbono medidas en excavaciones arqueológicas de cualquier parte del mundo y permitirá especificar aún más, entre otras cosas, el momento de la extinción de los neandertales y la dispersión de los humanos modernos en Europa.
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